martes, 22 de noviembre de 2011

"Los Beatles tenían razón..."

"Aún cuando ante nuestros ojos la vida de alguien transcurra sin un aparente sentido o una misión, reconocer que esa persona ha tenido capacidad de amar y que ha amado la rescata del abismo".-


Todos nosotros, en algún momento de nuestra vida, nos hemos preguntado en esos momentos de confrontación metafísica: "¿Qué es lo más importante de nuestra existencia?".
La idea es aprovechar nuestros días de la mejor manera posible, ya que nadie puede vivir la vida por nosotros. Por eso es importante saber hacia donde dirigimos nuestros esfuerzos, es decir, ahondar sobre cual es el objetivo supremo a alcanzar. Creo que estamos acostumbrados a escuchar que el tesoro más importante del mundo espiritual es la fe. Y pensar que sobre esta palabra (dos letras) se sostienen siglos y siglos de religión... ¡Abrid los oídos! ¡Escuchad atentamente lo que vengo a deciros! ¡Oh viles entorpecedores del verdadero destino del hombre! La fe no es lo más importante del mundo. Guarda que no lo digo yo. San Pablo, cuando les habló a los Corintios les dijo: "Ahora subsisten la fe, la esperanza, y el amor, estos tres. Pero el mayor de todos ellos es el Amor". No es que Pablo estaba opinando, la carta justamente hablaba de la fe. "Si no tengo amor, nada soy". Es decir, comparó a la fe con el amor y concluyó que el mayor de estos bienes, es el Amor. La gran pregunta del ser humano al fin de su vida ya no será "¿Como viví? sino que cobrará un nuevo sentido. "¿Como amé? La prueba final de toda búsqueda de salvación será el amor. No se tendrá en cuenta lo que hicimos, aquello en lo que creímos (o no), lo que conseguimos. Por esas cosas no vamos a tener que rendir cuentas. Pero si vamos a presentar ticket por el modo en que amamos.
Los errores que cometimos ni siquiera serán recordados. Vamos a ser juzgados por el bien que dejamos de hacer. Mantener el amor encerrado en uno mismo es ir en contra de la esencia del hombre, es no comprender lo que nos mostró mi vieja, tu viejo, los amigos, nuestros profesores, los pibes, todas las personas que compartieron la vida con nosotros. 
Quizás no le demos nunca un sentido a la vida. O creamos eso. Todo el cosmos se ordena ante la contemplación de la belleza desde la óptica del amor. Y nuestras vidas también. El amor le da sentido a tu vida. La certeza de que fuimos capaces de amar nos hace sentir totalmente libres. 
Y en esto no estamos sólos. Hay personas como nosotros que están en búsqueda. Hay que encontrarlas y caminar a la par. Son personas que no temen equivocarse, y por eso se equivocan mucho. Y por eso lo que hacen no siempre es reconocido y elogiado. Pero son estas personas las que transforman el mundo, y tras muchos errores consiguen acertar con algo que marcará la diferencia en su comunidad. Son gente que deciden a medida que actúan, asumiendo el riesgo de tal conducta. Porque no pueden quedarse quietos. Entienden la consigna de estar siempre en movimiento atento a los cambios y a las necesidades de los que tienen al lado. 
Cada paso requiere mucho esfuerzo, pero vale la pena correr el riesgo, vale la pena apostar la propia vida. Por eso hay gente que no tiene miedo de compartir el entusiasmo por un sueño. Mi sueño, tu sueño. 
Busquemos a aquellos que se arriesgan, que se caen, se hacen daño... y se vuelven a arriesgar. Y estemos lejos de los que afirman verdades, critican a los que no piensan como ellos y prefieren la comodidad de la certeza que la tensión de la duda. Unite a los que se exponen y no temen ser vulnerables. Estas personas miran al otro, no para criticarlo, sino para admirarlo por su valentía. Busquemos a los que son flexibles y entienden las señales del camino. No dudan en cambiar su rumbo cuando encuentran una barrera infranqueable, o cuando vislumbran una oportunidad mejor. Seamos partidarios de los que NUNCA van a decir: "Ya terminé, tengo que parar acá". Como la primavera le sigue al invierno, nada termina jamás, es un camino sin fin. Unite a los que cantan, cuentan historias, disfrutan de la vida, y tienen alegría en los ojos. Porque la alegría es contagiosa, y siempre impide que la gente se deje paralizar por la depresión, la soledad y las dificultades. Acercate a quien camina con la cabeza erguida, aunque tenga lágrimas en los ojos. Porque también están los que caminan con la cabeza erguida y nunca lloraron... por no mirar lo que pasa a su alrededor. No confundamos arrogancia con autoridad, alegría con superficialidad, persistencia con impaciencia. 
Es probable que a veces nos veamos oprimidos por la soledad, pero hay mucha gente que piensa como nosotros, que quiere darle un sentido a la vida a través del amor. El amor nos supera, nos eleva, nos hace querer mejorar día a día. Nos lleva a una búsqueda que trasciende el ser físico para encontrarnos con el yo-espiritual del otro.
Los Beatles tenían razón, todo lo que necesitamos es amor.






Todavía estoy buscando al elefante que me caga desde arriba de un pino desde mitad de año... 


¡SI, A VOS, ELEFANTE! ¡TE TENEMOS RODEADO Y CON CARAS DE NUTRIAS!