martes, 22 de noviembre de 2011

"Los Beatles tenían razón..."

"Aún cuando ante nuestros ojos la vida de alguien transcurra sin un aparente sentido o una misión, reconocer que esa persona ha tenido capacidad de amar y que ha amado la rescata del abismo".-


Todos nosotros, en algún momento de nuestra vida, nos hemos preguntado en esos momentos de confrontación metafísica: "¿Qué es lo más importante de nuestra existencia?".
La idea es aprovechar nuestros días de la mejor manera posible, ya que nadie puede vivir la vida por nosotros. Por eso es importante saber hacia donde dirigimos nuestros esfuerzos, es decir, ahondar sobre cual es el objetivo supremo a alcanzar. Creo que estamos acostumbrados a escuchar que el tesoro más importante del mundo espiritual es la fe. Y pensar que sobre esta palabra (dos letras) se sostienen siglos y siglos de religión... ¡Abrid los oídos! ¡Escuchad atentamente lo que vengo a deciros! ¡Oh viles entorpecedores del verdadero destino del hombre! La fe no es lo más importante del mundo. Guarda que no lo digo yo. San Pablo, cuando les habló a los Corintios les dijo: "Ahora subsisten la fe, la esperanza, y el amor, estos tres. Pero el mayor de todos ellos es el Amor". No es que Pablo estaba opinando, la carta justamente hablaba de la fe. "Si no tengo amor, nada soy". Es decir, comparó a la fe con el amor y concluyó que el mayor de estos bienes, es el Amor. La gran pregunta del ser humano al fin de su vida ya no será "¿Como viví? sino que cobrará un nuevo sentido. "¿Como amé? La prueba final de toda búsqueda de salvación será el amor. No se tendrá en cuenta lo que hicimos, aquello en lo que creímos (o no), lo que conseguimos. Por esas cosas no vamos a tener que rendir cuentas. Pero si vamos a presentar ticket por el modo en que amamos.
Los errores que cometimos ni siquiera serán recordados. Vamos a ser juzgados por el bien que dejamos de hacer. Mantener el amor encerrado en uno mismo es ir en contra de la esencia del hombre, es no comprender lo que nos mostró mi vieja, tu viejo, los amigos, nuestros profesores, los pibes, todas las personas que compartieron la vida con nosotros. 
Quizás no le demos nunca un sentido a la vida. O creamos eso. Todo el cosmos se ordena ante la contemplación de la belleza desde la óptica del amor. Y nuestras vidas también. El amor le da sentido a tu vida. La certeza de que fuimos capaces de amar nos hace sentir totalmente libres. 
Y en esto no estamos sólos. Hay personas como nosotros que están en búsqueda. Hay que encontrarlas y caminar a la par. Son personas que no temen equivocarse, y por eso se equivocan mucho. Y por eso lo que hacen no siempre es reconocido y elogiado. Pero son estas personas las que transforman el mundo, y tras muchos errores consiguen acertar con algo que marcará la diferencia en su comunidad. Son gente que deciden a medida que actúan, asumiendo el riesgo de tal conducta. Porque no pueden quedarse quietos. Entienden la consigna de estar siempre en movimiento atento a los cambios y a las necesidades de los que tienen al lado. 
Cada paso requiere mucho esfuerzo, pero vale la pena correr el riesgo, vale la pena apostar la propia vida. Por eso hay gente que no tiene miedo de compartir el entusiasmo por un sueño. Mi sueño, tu sueño. 
Busquemos a aquellos que se arriesgan, que se caen, se hacen daño... y se vuelven a arriesgar. Y estemos lejos de los que afirman verdades, critican a los que no piensan como ellos y prefieren la comodidad de la certeza que la tensión de la duda. Unite a los que se exponen y no temen ser vulnerables. Estas personas miran al otro, no para criticarlo, sino para admirarlo por su valentía. Busquemos a los que son flexibles y entienden las señales del camino. No dudan en cambiar su rumbo cuando encuentran una barrera infranqueable, o cuando vislumbran una oportunidad mejor. Seamos partidarios de los que NUNCA van a decir: "Ya terminé, tengo que parar acá". Como la primavera le sigue al invierno, nada termina jamás, es un camino sin fin. Unite a los que cantan, cuentan historias, disfrutan de la vida, y tienen alegría en los ojos. Porque la alegría es contagiosa, y siempre impide que la gente se deje paralizar por la depresión, la soledad y las dificultades. Acercate a quien camina con la cabeza erguida, aunque tenga lágrimas en los ojos. Porque también están los que caminan con la cabeza erguida y nunca lloraron... por no mirar lo que pasa a su alrededor. No confundamos arrogancia con autoridad, alegría con superficialidad, persistencia con impaciencia. 
Es probable que a veces nos veamos oprimidos por la soledad, pero hay mucha gente que piensa como nosotros, que quiere darle un sentido a la vida a través del amor. El amor nos supera, nos eleva, nos hace querer mejorar día a día. Nos lleva a una búsqueda que trasciende el ser físico para encontrarnos con el yo-espiritual del otro.
Los Beatles tenían razón, todo lo que necesitamos es amor.






Todavía estoy buscando al elefante que me caga desde arriba de un pino desde mitad de año... 


¡SI, A VOS, ELEFANTE! ¡TE TENEMOS RODEADO Y CON CARAS DE NUTRIAS!

martes, 25 de octubre de 2011

"Escuchadme, oh, ser vacuo".

“¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán! Terminó nuestro espantoso viaje,

El navío ha salvado todos los escollos, hemos ganado el premio codiciado,

Ya llegamos a puerto, ya oigo las campanas, ya el pueblo acude gozoso,

Los ojos siguen la firme quilla del navío resuelto y audaz;

Mas, ¡oh, corazón, corazón, corazón!

¡Oh, las rojas gotas sangrantes!

Ved, mi Capitán en la cubierta

Yace frío y muerto”.

El Maestro.



Vuelvo a escribir después de la tormenta. Un navegante de varias millas sabe que escribir entre vientos huracanados, truenos, rayos y un mar embravecido muchas veces no es lo mejor. Se cambia la historia. El agua se encarga de borrar el trazo hecho con premura. La adrenalina provocada por la situación nos ayuda a enfrentar el tifón, pero probablemente nos presente una visión trastocada de los sucesos. Por eso lo mejor es recapitular en medio de aguas serenas y profundas. Porque un buen navegante nunca deja de pescar y también disfruta de la calma que esta actividad le produce.

Recordar la tormenta en la serenidad no es agradable. El navegante la contempla con el alivio del desafío superado. Pero en su cuerpo, en su barca y su red se pueden apreciar la bravura del tifón. El cuerpo sana. La barca será nuevamente calafateada. Sus velas ondearán otra vez con algún que otro parche. La red hará gala de nuevos remiendos. Pero el navegante no puede olvidar la tormenta. Tampoco DEBE. Cada tormenta le enseña algo nuevo. Enseñanzas que le permitirán afrontar otras tormentas y salir airosos.

No es fácil navegar en el mar de la vida.



Hoy me veo en la necesidad de gritar. De mostrar mi indignación ante la voz que proclama “hay un YO sin un TÚ”. Me rasgo las vestiduras ante la egoísta vivencia de seres condenados a amarse a si mismos en una vorágine circular y repulsiva de auto-adoración. Seres que, por alguna razón, les incomoda la interpelación que produce el reconocer persona al otro. Viviendo vidas dobles en donde bajo sus motivaciones subyace la búsqueda del reconocimiento, del propio bienestar. Oscilando constantemente entre hastío y el dolor. Seres vacuos cuyas existencias han sido arrojadas a la nada. Pero por ellos mismos. Porque TODO nos fue dado. No somos dueños de nada. Ni una uña de nuestro cuerpo nos pertenece.

Si, a vos te digo, ser vacuo, que tanto te gusta oír el sonido de tu propio nombre. ¿Pensaste que en tu nombre no había otra cosa que más de dos o tres inflexiones?

A vos te hablo, ser vacuo. No somos dueños de nada. Pero podemos elegir. Tenemos el enorme poder de la elección. Aquel que nos permite vivir o morir. El que nos puede llevar a la propia destrucción o a la felicidad. Pero, querido ser vacuo, sin el otro no puedo llegar a la felicidad.

¿Cómo se que soy persona sino reconozco al otro? Al llamarlo por su nombre lo estoy reconociendo como ser-que-es y eso me da la certeza de que yo-soy. Mismidad. Te pido por favor, ser vacuo, no le des vuelta la cara al otro. Reconocelo. Senti la intensidad de esa mirada que te pide ayuda, que te pide que te acerques. Pero por favor interpretala bien. Debajo de las máscaras del miedo escondido de cada persona existe una Verdad. Única. Que lleva nombre. Que, aunque no parezca posible, se puede leer como si de un libro se tratara. Ser vacuo, no cometas el error de pensar que una institución, una sociedad civil, o incluso hasta el más pequeño grupo humano está por encima de las personas. Porque estamos tratando con personas. De ellas se trata. Así que, cuando excluís, cuando cuidas con celo “tu espacio”, cuando no interpretas que no puede haber un YO sin un TU, toda buena intención pierde sentido. No construyas un mundo sobre intenciones. Basta de mediocridad. Valoro más al que no se arriesga, que aquel que piensa que se arriesga, pero que en definitiva navega en un mar de mediocridad. Cerca de la orilla. Casi sin darse cuenta. Casi. En el fondo lo sabe. Blanco o negro. Pero elegí. El gris confunde. No sirve. Al Jesús del que hablás probablemente no le guste mucho. Fijate. Solo un hombre. Pero la tenía clara. “Amá a tu prójimo como a ti mismo”. No hay nada más claro, más revelador y más IMPORTANTE que esas palabras. ¿Te parece mal? Bueno, prefiero una cultura pagana pero viva a una cultura evangelizada pero muerta.

No nos conformemos. Nunca es suficiente. “No basta amar…” Siempre se puede más. Eso es lo que nos mantiene en camino. La sensación de que se puede hacer algo más. De que se puede hacer mejor las cosas. Ser vacuo, ¡dejá de serlo! Porque la salvación de las almas no puede esperar. Abrí los ojos, date cuenta de lo que hacés y de lo que no hacés. Pero centrate en el otro. Sólo en él, somos. Existimos. Le damos un sentido a la vida y respondemos la consigna “¿PARA QUÉ CARAJO EXISTO?” La sociedad de hoy somos nosotros, los poetas vivos. Los que tenemos que, entre trazo y trazo, escribir el desenlace de una historia compartida. Es momento de sincerarse, de aceptar la mediocridad circundante y de buscar la manera de salir de ella. La mirada del otro es la que te rescata de esa marea oscura y densa como el alquitrán Aquel que camina sin amor una legua siquiera, camina hacia su propio funeral. Ser vacuo, te lo digo por tu bien. Buscá a Dios donde realmente está. En el otro. Ahí está el verdadero amor. Y la libertad.


“En el rostro de los hombres y mujeres, en mi rostro que refleja el espejo, veo a Dios,

 Encuentro cartas de Dios por las calles, todas ellas firmadas con su nombre,

 Y las dejo en su sitio, pues sé que donde vaya

 Llegarán otras cartas con igual prontitud”.         

Cuando las cosas no salen como querés, ponele a la vida cara de nutria... Y todo vuelve a la normalidad.-

martes, 2 de agosto de 2011

"Sin Título"

Hoy por primera vez en mi vida se me pasó por la cabeza una idea muy particular. La consideré momentáneamente para luego desecharla enseguida. Pero hubo muchas cosas que quedaron resonando en mi interior. ¿En que momento crucé el límite? Hablo de la finísima línea entre la normal anormalidad (como me gusta decirle a mi) y la locura. El límite que separa, al menos de palabra, la burda “realidad” de la pintura surrealista… Pero nuevamente no siento la necesidad de expresarme a través de mis propios pensamientos sino mediante la genialidad de los que tienen el don de la palabra justa.

No estás deprimido, estás distraído

No estás deprimido, estás distraído, distraído de la vida que puebla.

Distraído de la vida que te rodea: delfines, bosques, mares, montañas, ríos. No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano cuando en el mundo hay 5,600 millones. Además no es tan malo vivir solo.

Yo la paso bien, decidiendo a cada instante lo que quiero hacer, y gracias a la soledad me conozco, algo fundamental para vivir.

No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque tiene 70 años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los 80 y Rubinstein interpretaba como nadie Chopin a los 90. Solo por citar dos casos conocidos.

No estás deprimido, estás distraído, por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un solo pelo de tu cabeza por lo tanto no puedes ser dueño de nada. Además, la vida no te quita cosas, te libera de cosas. Te aliviana para que vueles mas alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que llamas problemas son lecciones.

No perdiste a nadie, el que murió simplemente, se nos adelantó, porque para >allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. Quién podría decir que Jesús está muerto? No hay muerte: hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Michelangelo, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuela y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas, y nos aleja por que nos hace desconfiados.

Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible. Y sin esfuerzo porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija; la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaban 3 ó 4 meses de vida.

Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz, después podrás compartir la vida verdadera con los demás.

Recuerda a Jesús: “Amarás al prójimo como a ti mismo”. Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios; y decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición.

Además, la felicidad no es un derecho sino un deber, porque si no eres feliz, estás amargando a todos los que te aman. Un solo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir, mandó a matar seis millones de hermanos judíos.

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perugia, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileiros, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman, Mahler, Mozart, Chopin, Bethoven, Caravaggio, Rembrant, Velásquez, Picasso y Tamayo entre tantas maravillas.

Y si tienes cáncer o sida, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas; si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto: tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas….y si le ganas, serás humilde, más agradecido, por lo tanto fácilmente feliz.

Libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad, y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente como debe ser.

No estás deprimido, estás desocupado. Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medidas.
 Ama hasta convertirte en lo amado, más aún hasta convertirte en el mismísimo amor.

Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que le destruya hay millones de caricias que alimenta a la vida.

Facundo Cabral.

Aunque no parezca tan simple, de eso se trata… Respirar… Vivir. 

sábado, 23 de julio de 2011

"..."

Si, son las 4 de la mañana. En toda esta semana que pasó no pude dormirme relativamente temprano. Hoy no va a ser la excepción. No porque no quiero, sino porque no puedo. Espero que nunca tengan problemas de insomnio. No voy a escribir, porque ni en un millón de palabras me podría expresar mejor que el Maestro. Si, Whitman, uno de los mejores poetas que hubo en este mundo. Releyendo uno de sus escritos me tocó profundamente. A veces uno necesita esa doble nelson bien aplicada para entender algunas cosas... Pero también hay que saber salir a tiempo... Como dice Whitman, "la vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia". ¡Simple! Hay que perder para ganar, sufrir para saber amar, no entender nada... para apreciar lo sencillo. Lo bueno de tocar fondo (y a veces seguir cavando) es saber que, en algún momento, todo tiene que mejorar. Si, tuve que usar el Vaso de Emergencia todos los días de la semana pasada... Por eso el título es "..." Estoy a la espera de un cambio de suerte, a la espera de que al punto final se le agreguen dos más... Los dejo con el Maestro. 



NO TE DETENGAS 

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, 
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. 
No te dejes vencer por el desaliento. 
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, 
que es casi un deber. 
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. 
No dejes de creer que las palabras y las poesías 
sí pueden cambiar el mundo. 
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. 
Somos seres llenos de pasión. 
La vida es desierto y oasis. 
Nos derriba, nos lastima, 
nos enseña, 
nos convierte en protagonistas 
de nuestra propia historia. 
Aunque el viento sople en contra, 
la poderosa obra continúa: 
Tu puedes aportar una estrofa. 
No dejes nunca de soñar, 
porque en sueños es libre el hombre. 
No caigas en el peor de los errores: 
el silencio. 
La mayoría vive en un silencio espantoso. 
No te resignes. 
Huye. 
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo", 
dice el poeta. 
Valora la belleza de las cosas simples. 
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, 
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. 
Eso transforma la vida en un infierno. 
Disfruta del pánico que te provoca 
tener la vida por delante. 
Vívela intensamente, 
sin mediocridad. 
Piensa que en ti está el futuro 
y encara la tarea con orgullo y sin miedo. 
Aprende de quienes puedan enseñarte. 
Las experiencias de quienes nos precedieron 
de nuestros "poetas muertos", 
te ayudan a caminar por la vida 
La sociedad de hoy somos nosotros: 
Los "poetas vivos". 
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...

lunes, 18 de julio de 2011

"Estupidez..."

Es normal que escriba de madrugada. Es normal que escriba escuchando música. También es normal que escriba invadido por diversas emociones. Pero es la primera vez que escribo con enojo, quizás con un poco de violencia interior. Y eso saca lo peor de mí. La ironía me dicta.
“Si no estas ocupado naciendo, estas ocupado muriendo” decía Bob Dylan. Vivimos apurados. Pero no nos equivoquemos. Es el ritmo de vida que elegimos. Ya me cansé de escuchar que la culpa de todo la tiene la sociedad. Por algún extraño motivo nos enajenamos de la misma, nos consideramos diferentes, cuando en realidad, pasamos a formar parte de ese montón… ¡que no se considera parte del montón! Si, en algunos aspectos la vida es una zorra irónica y voluble.
Volviendo. Vivimos a mil. Nos armamos la rutina (“venid a mi ¡oh Gehena!” si no la cumplimos) nos estructuramos el día con reuniones, estudio, trabajo y demás actividades personales. Y seguimos diciendo que no somos normales. Lo curioso es cuando te encontrás con gente que hace todo lo posible para demostrar que son “liberales”, que son “distintos”. En resumen, que no son personas aburridas… Y lo triste, es que lo son. Más estructuradas que nadie. Nos quieren hacer creer que son geniales vendedores de paredes Durlock y que tienen la respuesta a la famosa pregunta “¿cómo lograr perfiles montantes de largo mayor a 2,60 metros en placas Durlock?” Eeh… Aclaro que los vendedores y demás trabajadores del Durlock (esta es la parte que el que no tiene idea que es el Durlock lo asocia, por alguna extraña razón, con Harry Potter) también son parte de este Universo y pueden, indefectiblemente, llegar al Reino, alcanzar el Nirvana o ser uno de los 144.000 afortunados. Retomando. Estos individuos, los que yo llamo farsantes del Durlock, son seres que disfrutan creyéndose que son el chupete en la oreja. Van por la vida con la seguridad de que nunca se verán infectados por el “gérmen de la sociedad”. Paradójicamente, se hacen presente en todos los medios de comunicación con su máxima como estandarte: “Me venció el sistema”. A ver… El sistema te ganó desde que naciste… Muchachos… Siglo XXI… Si quieren ser anarquistas, a vivir debajo de un puente. Ustedes pensarán que los farsantes del Durlock son seres abominables. Yo pienso que no. Todo en este Universo tiene un cometido. Hasta Ricardo Fort. Y el propósito de estos seres es el darnos la posibilidad de apreciar lo estúpidos que somos. Entiéndase por estúpido, según el diccionario, falto de inteligencia. ¿Porqué? Porque quizás, sin querer, nos hacen pensar en nuestra propia rutina y en la actitud con la que afrontamos lo cotidiano.
Pensemos en la rutina que cumplimos día a día. En las cosas más esenciales. Estudio, trabajo y el tiempo que pasamos con algún ser querido. ¿Para qué estudiamos? Para poder trabajar de algo que realmente nos guste y nos llene. ¿Para que trabajamos? Depende, para subsistir, para tener más dinero. ¿Porqué pasamos tiempo con nuestros seres queridos? Porque nos hace bien. Todas las otras actividades son complementarias. Y si, ¡de alguna manera necesitamos ocupar el tiempo! El silencio es peligroso. Ahí te encontrás con lo peor de vos mismo. ¡Con eso que odias! ¿Mira si vas a estar en silencio? ¡El silencio es perder tiempo! Cuantas cosas que podría hacer en vez de dedicar… sólo 10 minutos a mi mismo y encontrarme con lo que en definitiva… YO SOY. Avisé lo de la ironía. El que avisa no traiciona. En fin… Nos preocupamos y nos estresamos por el estudio, por el trabajo y por nuestras relaciones. Nos preocupamos si nos va bien porque creemos (desconfiados de la vida) que en algún momento la buena racha tiene que terminar. Y a veces, en esos 10 minutos sacrílegos de silencio, viles entorpecedores de la póstuma rutina y la siempre fiel actividad, surge la duda… ¿Y Candela? Naa mentira… la verdadera duda… TODO esto… ¿tiene un sentido? ¿Qué es realmente lo importante? ¿Qué es lo que, en definitiva, me hace feliz? Quizás no siempre las cosas salgan como nosotros queremos, pero es innegable que se puede elegir que actitud tomar frente a la vida. Yo siempre llevo conmigo, a todos lados, un vaso. Podríamos decir que es un vaso de emergencia. Es simpático, negro y plateado, como todo vaso térmico. Lo llevo a todos lados medio lleno. Porque a veces se me da por mirar el Vaso de la Vida y en vez de contemplarlo medio lleno, lo aprecio medio vacío, entonces, ahí me apuro, saco el vaso de emergencia y relleno el Vaso de la Vida. Y todo vuelve a la normal anormalidad, aunque sea por un momento.
Cuando uso el vaso de emergencia me siento estúpido, es decir, falto de inteligencia. Me pasa por no saber apreciar lo importante de la vida y detenerme en lo que realmente no tiene importancia. Me pasa por no saber contemplar la belleza de la vida, esa belleza que como dije antes, está en los demás. En el llanto, en la risa, en el abrazo, en el golpe, en la mirada, en la palabra. Me pasa por estar DISTRAÍDO. Y ahora que escribo esta palabra recuerdo a Facundo Cabral y su famoso escrito en el que dice “Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz, después podrás compartir la vida verdadera con los demás”. El que no quiera llamarle Dios, que no lo haga. Que le ponga el nombre que quiera. “Ente Superior”, “Regulador”, “Chuck Norris”, “Mufasa”, “Tocho”, lo que sea. Lo que no podemos dejar de negar es que la presencia del otro, el reconocerlo como ser, como persona, y trascender su identidad corpórea para encontrarme con su esencia, es lo que realmente nos hace plenos. Me gusta tomarme esos 10 minutos de silencio al día para comprobar que el mundo todavía no se fue al carajo. Que yo sigo vivo. Que los que me rodean todavía SON. Para darme cuenta que las 23 horas y 50 minutos que le quedan al día puedo ser un estúpido o no… Para decir “Wow… wow… WOW… Estoy distraído.” Distraído en el MSN, en internet, en el Facebook (que lo cerramos porque somos conscientes de que perdemos mucho tiempo con él pero que, repito, somos tan estúpidos, que por alguna razón aún mas estúpida que nosotros mismos, lo volvemos a abrir) en el gimnasio, en la calle, en la facultad, en el trabajo… en la vida misma… Como cuesta, porque parece simple pero no lo es… No es fácil dejar de ser estúpidos. Vuelvo a citar a Facundo Cabral… “Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente”. Dejemos de perder el tiempo y ocupémonos únicamente de lo que nos hace feliz. No estemos ocupados naciendo o muriendo, simplemente SEAMOS, así libremente. Sin ser indiferentes al otro. Ni siquiera hacia los farsantes del Durlock, ellos más que nadie necesitan una verdadera pared contra la cual chocarse y no básicamente… Un Durlock (vieron que al fin de cuentas tenía sentido la analogía) Seguro, en la vida nada es gratis. Pero si deseamos algo con verdadera pasión y ese deseo proviene de la Naturaleza del Universo, que no puede sino pensarse como benévola, todo el Universo mismo conspira para que se cumpla. No es fácil descubrir que es lo que se desea y que es lo que verdaderamente conduce a la felicidad. Pero en el silencio se encuentran muchas respuestas. No serán 10 minutos de fama… Sin embargo valen mucho más.

viernes, 1 de julio de 2011

Desvaríos de un futuro profesor...

Sin duda la historia educativa del país sufrió grandes transformaciones a lo largo del tiempo. A partir del siglo XIX, cuando se concientizó sobre lo importante que era la educación para el desarrollo y el progreso de un país se comenzó a actuar para levantar un sistema educativo que sea eficiente. Hubo muchos pensadores, influenciados por las ideas europeas que impulsaron la educación a través de propuestas que formaran al ciudadano en valores y en el trabajo. Es cierto que cada uno actuó en un contexto determinado bajo circunstancias que pedían respuestas a realidades diferentes.

La pregunta que surge es: ¿Por qué se tardo tanto en comprender que el Estado debe ser garante de la educación? Lo que llama la atención en la historia de la educación argentina es que el Estado tuvo que ser educador para constituirse como Estado Nacional, formando a los ciudadanos en sujetos de una nueva forma de vida social y política.  Es cierto que hay un Sistema Educativo, que esta constantemente sometido a cambios. Pareciera que en Argentina todo tiende a volver al punto de partida. Hoy en día, el Estado obedece a intereses políticos del momento y la sociedad. Aún así, considero que actualmente el Estado debe ser el rector de las políticas educativas a nivel nacional, debe canalizar una serie de saberes fundamentales y básicos a toda la población nacional. El Estado tiene el deber de trazar el camino a seguir y controlar que se siga. El margen social para ciertos saberes locales y regionales no puede ser llevado a cabo sin límites y pautas generales establecidas por el Estado y la sociedad.

Nunca vamos a disponer de un sistema educativo serio si antes, todos los sectores sociales y políticos no se ponen de acuerdo en un proyecto de país. Porque ante esto surge la duda si lo que falla es el proyecto educativo en si o su implementación. Al sancionarse la Ley Nº1420 de educación común, con su carácter obligatorio, estatal, laico y graduado, era cuestión de tiempo que dicho impulso dado a la educación pública universal entre pronto en contradicción con el sistema político restrictivo. Y esto fue determinante para que los nuevos sectores medios en expansión pusieran fin al régimen conservador a principio del siglo XX. Es precisa la consolidación de un proyecto educativo que congenie social y políticamente con las necesidades de la sociedad argentina. 

lunes, 30 de mayo de 2011

Sentir...

El reloj no me deja mentir. Son las 12:50. Casa. El que lea esto probablemente piense “no, no son las 12:50 y no estoy en tu casa”. De eso se trata el misterio infinito del espacio-tiempo. El cual encierra una mismidad inalterable para el sujeto que se expresa. Estoy escuchando “The end” de Pearl Jam. Siendo mas preciso, su disco Backspacer. De esto probablemente no haya testigos, asi que queda sujeto al juicio del lector. El cual seguramente se preguntará “¿porqué tendría que dudar de lo que estás escuchando y del punto intrínseco del espacio tiempo en el que te hallas?” Bueno… yo lo haría. Podría dudar de todo. Es complejo definir “lo real”… Tampoco pretendo divagar sobre eso ni caer en el absolutismo absurdo de que nada existe. Principalmente porque no sería capaz de concebir esa idea verdaderamente y tampoco porque no es mi idea oponerme a lo que conocemos como mundo. Se me vienen estas palabras a la mente traídas desde la genialidad de Hegel. "En vez de oponerse estéril y abstractamente al mundo, de lo que se trata es de comprenderlo". ¡Por supuesto! ¡Nada es real! Por lo tanto, si nada es real, si verdaderamente nada existe, no importa si me hago cargo de mis consecuencias, no importa si pretendo hacer algo de mi “vida” ni tampoco si afecto de alguna manera a la “vida” de los demás. Hay gente que es genial… Pido perdón entonces si el hambre, la desigualdad y la exclusión social me parecen muy reales. Pido perdón por querer comprender el mundo antes que oponerme absurdamente. Pido perdón si ver a un pibe golpeado o a una nena toda sucia llorando me interpela… Emmanuel Levinas hablaba de la interpelación del rostro del otro. Al contemplar la cara de esa otra persona reconozco su corporeidad, lo reconozco como SER que ES. Que EXISTE. Que tiene un nombre. Y al reconocerlo en su totalidad de persona, su rostro me genera una responsabilidad, una inquietud por responder la pregunta que me plantea ese SER. Y no podemos permanecer impasibles ante ese YO-SOY que, poseedor de una historia de vida única cuya existencia en ningún punto del espacio-tiempo se va a cruzar con otra ni siquiera similar, es decir que es UNA a través de la eternidad, me pide silenciosamente que lo reconozca como tal con todo lo que eso implica.
Eso nos moviliza, nos invita a ir al encuentro de nuevos rostros que esperan para interpelarnos. Para ayudar a darle un sentido mas profundo a nuestra vida y poder así ayudar a hacer lo mismo con los demás. El trabajo en el barrio te lleva a preguntarte ¿Qué es lo que puedo hacer yo con las herramientas que tengo? Lo importante es estar en búsqueda. Hacer lo mejor que podamos en las circunstancias que nos tocan vivir. Eso fue y es lo que hacen muchas personas en el silencioso e ingrato anonimato. Pero que vale el doble. Y pienso en Jesús. No en el personaje divino. Sino en ese tipo, plenamente humano, que fue carpintero y vivió humildemente, que pisó barro toda su vida; el barro de los pobres, de los marginados, de los excluídos. Hablo de ese Jesús que fue un revolucionario y que llevó sus ideales hasta las máximas consecuencias, como muchos otros después hicieron. Perdón, pero no puedo encontrar algo más humano que eso. Ahí es donde tenemos que estar, en ese barro, en esos lugares abandonados y marginados por la desigualdad. Luchando para que haya aunque sea un poquito más de justicia. Y aunque parezca que lo que hacemos nunca alcanza, nunca basta y aunque parezca que encima las cosas se ponen peores. Mugica decía “perdoname por haberme acostumbrado a chapotear en el barro. Yo me puedo ir, ellos no.” El grito silencioso que encierra esta frase… Una cosa es ver como se vive a 60cm de la vía, y otra muy distinta es VIVIR a 60cm de la vía. Hay que ser conscientes de esto. Una fuerza superior nos puso en un lugar determinado para que hagamos algo. Nos puso a nosotros y no a otra persona. Y eso también motiva a responder y a comprender que es lo que tengo que hacer. Hay lugares donde el solo hecho de vivir ya es un sacrificio, una lucha diaria. En un ambiente donde hay tanta violencia, tanta destrucción, tanta no-vida es muy difícil saber que se puede hacer. ¿Cómo hago? ¿De que manera? ¿Cómo explicar que nos pueden sacar todo menos la ultima de las libertades? Elegir. Lo ultimo que siempre nos queda. Nadie me puede obligar a amar ni a odiar. Bajo ninguna circunstancia. Y así como no nos pueden obligar a eso, tampoco nos pueden obligar a muchas otras cosas, porque somos dueños de nosotros mismos, porque en el último reducto de nuestra libertad nos queda la elección. Pisemos barro. Pero no nos acostumbremos, al barro, al hambre, a la injusticia, a la exclusión. Por favor, no nos acostumbremos. Porque si lo hacemos vamos a tener una cabeza que piense mucho pero un corazón que no siente. Y hoy en día, se piensa más de lo que se siente. No pensemos TANTO, hagamos el esfuerzo de sentir un poco más. Porque en definitiva es lo que nos hace más HUMANOS. Sentir. Mirar al otro. Reconocerlo. Llamarlo por su nombre. La vida es tan simple que a veces se nos complica demasiado. Y no nos olvidemos que estamos de paso. ¡Entonces no nos guardemos nada! ¡No se repite el plato! ¡No hay segunda vuelta!
“La vida es una obra de teatro que no permite ensayos... Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida... Antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.”
Charles Chaplin.
Buena semana.

martes, 29 de marzo de 2011

"Belleza..."

Siempre se me da por escribir a esta hora… Se ve que las musas se van de joda y rondan por ahí en busca de alguno… Escribo sin alguna emoción en particular. Es decir,  nos estoy deprimido, no estoy enamorado, pero si estoy vivo. Me siento vivo como pocas veces. Y eso es bueno.

"Siempre oí que tu vida entera pasa en frente de tus ojos un segundo antes de morir. Primero que nada, ese segundo no es para nada un segundo, se estira para siempre, como un océano de tiempo. Para mí, fue estar echado de espalda en el campamento de Boys Scouts, viendo las estrellas fugaces caer. Y las hojas amarillas de los árboles de arce alineadas en nuestra calle. O las manos de mi abuela, y la forma en que su piel se me parecía al papel. Y la primera vez que vi el nuevo Firebird de mi primo Tony. Y Janie… y Janie. Y Carolyn. Supongo que podría estar enojado con lo que me pasó, pero cuesta cuando hay tanta belleza en el mundo. A veces siento como si la viera toda a la vez y es demasiado. Mi corazón se llena como un globo que está a punto de estallar... Y entonces recuerdo que tengo que relajarme y no intentar aferrarme a ella, y entonces fluye a través de mí como la lluvia y no puedo dejar de sentir gratitud por cada simple momento de mi estúpida y pequeña vida... No tienes idea de lo que estoy hablando. Pero no te preocupes... algún día la tendrás."

Belleza Americana (1999).


Muchas veces me interrogo a mi mismo por la finitud de la vida. En esos momentos en los que me encuentro a solas conmigo mismo es cuando se me vienen preguntas tan profundas. ¿Qué es la muerte?  ¿Qué sucede concretamente después de ella? ¿Qué dirá verdaderamente Chewbacca cuando habla? La última es todo un misterio. El blog es tan genial, me permito desvariar sin importar que alguien le irrite, si total nadie está obligado a leer ni es “tan público”.
Volviendo. ¿Quién no se ha hecho estas preguntas? Y el problema es que las personas tratamos de buscarle una explicación racional a todo. Y no está mal, si lo desconocido nos asusta y nos molestan las cosas que nos asustan, por ende queremos develar la cuestión.
Lo cierto es que uno no sabe cuando ni cómo va morir. En este momento puede ser que un avión entre por mi balcón y deje inconcluso este pensamiento o puede que no. Se van a enterar si lo posteo. Por suerte no vivimos perseguidos sobre el momento de nuestra muerte. Es más, creo que nos sorprende en el momento menos pensado. Y ya me veo ahí… con cara de “yo no fui” en el instante en el que sorpresivamente atravieso un parabrisas. Y en ese instante eterno estoy seguro que en algún lugar voy a divisar a La Parca (así como aparece en las películas) golpeando desaforadamente la pared con la palma de la mano gritando “¡Pica Mariano!”. Después pueden pasar muchas cosas. Ninguna de las cuales uno puede estar seguro.  ¿Qué pasa cuando cerras los ojos por última vez? Los católicos suponemos que vamos junto al Padre. Por mi lado pienso que eso se puede interpretar de varias maneras. Lo cual me sugiere otras preguntas. ¿Se sigue SIENDO? ¿Cómo es entonces ese SER? Porque si hay algo que podemos estar seguro es que va a ser distinto a la vida terrenal que vivimos. Llega un punto que ante la naturaleza oculta de la muerte uno se termina frustrando y desiste en el pensamiento.
Por otro lado pienso que no importa como o cuando morís, sino como vivís. La muerte debe ser una de las pocas cosas para la que no existe preparación alguna, pero creo que si en vida uno logró las metas que se fue fijando, fue dándole un sentido a todo lo que hacía y vivía, probablemente afronte con mas serenidad el momento de su muerte. Como quien sabe que hizo lo que tenía que hacer. Con esa paz del que no debe nada. Y sabiendo reconocer lo hermosa que es la vida y todas las posibilidades que nos dio y que nos da. Poder contemplar la belleza del rostro de otra persona, de sentir el calor de su proximidad o experimentar como sus palabras viajan directamente al alma y me develan un mundo de sentimientos que nos hace ver la vida con otros ojos. Porque creo que en el amor la persona se encuentra en intimidad con el otro, trasciende la persona física para contemplar el ser espiritual, lo más esencial y puro de la existencia. Y en ese amor (no sólo el de la pareja) es donde se entiende la belleza de la vida y la muerte parece muy lejana. A eso se refiere Kevin Spacey en Belleza Americana (la volví a ver hoy por décima vez más o menos) cuando habla de la belleza. “Y entonces recuerdo que tengo que relajarme y no intentar aferrarme a ella, y entonces fluye a través de mí como la lluvia y no puedo dejar de sentir gratitud por cada simple momento de mi estúpida y pequeña vida”. Creo que en ese momento, en ese segundo interminable uno está más allá de todo. Y al contemplar esa belleza que formó parte de nuestra vida y entenderla como autorrealización y no como algo que pierdo o dejo es lo que da tranquilidad y nos permite “dejar que fluya como la lluvia” y agradecer por todo lo vivido. Agradecer sinceramente, sin esperar que venga algo más o que nos den otra cosa. Las personas irremediablemente tienen una porción de egoísmo y egocentrismo. Y pedimos y queremos. ¿Qué queremos? La tumba majestuosa, el Palacio de Cristal del Hacedor, el Perfecto y Sempiterno Orden. ¿Y que hubiera pasado si no hubiéramos imaginado o no nos hubieran hablado de estas promesas? No pediríamos nada… Y hubo y hay gente que no pidió nada de esto… sino que enfocaba sus esfuerzos en otras cosas. En luchar por ideales y principios en pos de los demás.
Es decir, no creo que haya que estar pendiente de ganarse el cielo o la salvación (o lo que se crea según la religión). Hay que vivir fiel a los principios que se ostentan sin ser indiferente a la belleza de la vida que nos rodea. Y esa belleza básicamente está en los demás. En el llanto, en la risa, en el abrazo, en el golpe, en la mirada, en la palabra. En hombres, mujeres, niños y ancianos. El mundo entero es una vorágine de belleza que se ordena ante la contemplación de la misma bajo el amor.
Y al vivir la vida de esta manera, la muerte pasa a un plano casi insignificante, y eso que convivimos con ella. Por eso no basta con pensar en la muerte, sino que hay que tenerla siempre delante. Entonces la vida se hace más solemne, más importante, más fecunda y alegre. Es así, no tratemos de entender lo inentendible, no intentemos barrer un sótano que es imposible de limpiar. Como dice la película al final, algún día lo entenderemos. Y sabemos cual va a ser ese día.
Por eso vivamos lo más intensamente que podamos, total, el cielo puede esperar.

“La vida son dos tragos y un porrón”. Un queridísimo amigo.

domingo, 13 de marzo de 2011

"Dejen soñar"

"Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a cualquier cómo." Fede Nietzsche.
Podría decir que por el momento han terminado los días de estudio... Por el momento. Realmente fue un maratón de lectura por los amplios espectros de la psicología. Y lo peor de todo es que me gustó. En este momento del día (en el que uno no sabe si está terminando de morir o recién está empezando) con la ayuda de Dead Can Dance (que genera tan buenos ambientes como los de Pink Floyd) hacía síntesis de un par de cosas que venía pensando desde hace rato.
"YO TMB QUIERO UNA VIVIENDA x PARTE DEL ESTADO, YO TMB QUIERO QUE ME ALIMENTEN, YO TMB QUIERO UN PLAN TRABAJAR SIN TRABAJAR, YO TMB QUIIERO UN PLAN JEFES DE HOGAR, YO TMB QUIERO EVADIR IMPUESTOS, YO TMB QUIERO UN LUGAR EN CAPITAL Y DEJAR DE ESTUDIAR PARA TENER UN PLAN JOVEN, AH !!! Y UNA NETBOOK !!!
Sin embargo, estudio y lucho para tener tooodo eso !!!
pegalo en tu muro POR UNA ARGENTINA MÁS DIGNA Y LABURADORA !!!"
 Esto es parte de un párrafo "de protesta" que alguien empezó a circular por Facebook y que pronto se convirtió en una cadena. Sería bueno antes de expresar mi parecer aclarar que no es mi intención hablar concretamente de política. Lo cual en sí es bastante complicado porque aún inconscientemente hacemos política. El punto es que quiero enfocarme en el trasfondo educativo del asunto.
Claramente esta “protesta” fue redactada por una de esas personas del montón que se limitan a meter a todos en la misma bolsa sin hacer distinción. El tipo de personas que muy probablemente jamás se haya acercado a algún barrio o alguna villa interesado en poder dar una mano a esta gente a la que se refiere. Por lo cual seguramente tiene un conocimiento demasiado limitado de sus acusaciones.
Todas estas personas que publican esta “protesta” (las cuales tienen acceso a una computadora con internet) quizás no tengan en cuenta de que estas personas a las que ellos se refieren darían lo que sea por haber nacido en una familia como la de ellos, en un entorno como en el que se desarrollan habitualmente con todas las facilidades que esto conlleva.
“YO TMB QUIERO QUE ME ALIMENTEN”. Eso también lo debe decir algún chico que no come todos los días probablemente muy cercano a nuestras vidas cotidianas. “Con hambre no se puede pensar” reza la canción de No te va a gustar. Esta comprobado científicamente que el aprendizaje se ve afectado por la falta de nutrientes que nos proporcionan la ingesta diaria de alimento. Por lo cual el aprendizaje y también en consecuencia el rendimiento del alumno se ve afectado. En la mayoría de los casos deriva en el abandonamiento de la institución escolar por parte del chico debido al retraso provocado por la carencia de los nutrientes necesarios. Esto nos hace pensar que ni el mejor docente del planeta podrá hacer un buen trabajo en esta situación.
Ahora bien, esto llevaría a una eterna discusión sobre aquellos que aprovechan lo que se les facilita como aquellos que no lo hacen. “Conozco un montón de personas que cobran los planes y no laburan”. Claro, y yo conozco otros tanto que si lo hacen y si trabajan. Y conozco a los que dejan de comer para que sus hijos puedan hacerlo y también a los que se privan del más mínimo placer para que sus chicos puedan asistir a una escuela. Aún así, es indispensable pedir una contraprestación (entiéndase como un servicio que debe una de las partes como compensación por lo recibido) y de esta forma poder educar en el trabajo. Porque es cierto que el hombre está determinado y condicionado por su entorno. Y también es cierto que hay gente que pretende sacar provecho haciendo el menor esfuerzo. Porque seguramente es lo que han visto y vivido constantemente en su entorno. ¿Quién no se siente orgulloso por algo que haya hecho con sus propias manos? ¿O que haya surgido de su creatividad? En este sentido, ese es el valor que la contraprestación le confiere al trabajo. El sentimiento de autorrealización y de superación. Ahora bien, esto es algo en lo que se debe insistir con determinación y con paciencia para poder así romper con las malas costumbres. Entiendo lo tremendamente controvertido de esto. Pero lo bueno es saber que si hay personas que quieren progresar y que cualquier ayuda que puedan recibir (sin perder de vista la contraprestación) les servirá.
Pero más allá de esto, personalmente pienso en educar para el futuro. Y en esta piedra fundamental que es la educación el sentido de la vida juega un papel importantísimo.
Dice una reconocida docente de la ciudad como lo es Liliana Sanjurjo que “el deber del docente es facilitar que el alumno pueda desarrollar al máximo aquello que más lo dignifica: la posibilidad de darle sentido a su propia experiencia personal”. El sentido de la vida es la primer fuerza motivante del hombre, es aquello que lo va a llevar a pelear por los ideales que considera justos. Hasta incluso puede aceptar morir por ellos. Para afrontar el sentido de la vida se debe hacerlo con responsabilidad ya que se responde con la vida y desde la vida misma. ¿Pero responsabilidad ante quien?  ¿Ante la sociedad? ¿Ante Dios? ¿Ante mi mismo?
Hacia el mundo en su totalidad supongo yo. Y eso significaría salir completamente de nosotros mismos. A lo que voy, como docente asumo que mi misión es poder ayudar al pibe a encontrarle un sentido a su vida, lo que lo va a llevar a pelear por lo que quiere, a trabajar, a estudiar, a meterle pilas a lo que haga, superando lo que le toque vivir. Y quizás ese éxito sea en parte gracias a la posibilidad de los planes de trabajo. Y con un pibe que haya zafado teniendo todas las de perder para mi es un logro.
Da pena que en la “protesta” haya tantos “YO”. Duele el “YO TMB QUIERO QUE ME ALIMENTEN”. Y molesta el “POR UNA ARGENTINA MÁS DIGNA”. Todos somos dignos por el hecho de ser personas. Lo que importa es como afrontamos y respondemos por esa dignidad.
Me juego por lo que quiero. Podré estar equivocado. Podré ser joven e idealista. Podré hasta sonar utópico. No jodan. Dejen soñar.

jueves, 3 de marzo de 2011

"Mis derechos terminan donde..."

3 de Marzo de 2011. 2:30hs. Mi tranquilo reposo se vió interrumpido por una serie de sonidos que en un principio no llegué a identificar. Al dejar casi en su totalidad el mundo de los sueños me doy cuenta. Claramente era un bombo, un redoblante y demás elementos del género, acompañado por un "coro" de voces desafinadas en clara efusividad. Lo primero que hice fue pensar a que Dios del Olimpo podía implorar para que me dé paciencia y de esa manera no salir al balcón e interrumpir a su vez la acumulación de energía potencial de cualquiera de mis macetas para que me ayude a poner orden. En un intento de reconocimiento agudizo el oído. ¿Eran estudiantes? ¿Hinchas de Central? ¿Trabajadores del Pronóstico Nacional del Clima? Imposible saberlo, todavía no estaban lo suficientemente cerca. "Quizás tenga suerte y doblen antes de llegar enfrente de casa". 
"La ilusión es la hermana menor del desengaño" decía el poeta Oliver Holmes. No fue la excepción. El día parecía no empezar de la mejor manera. La cacofonía proseguía esta vez justo debajo del edificio. Los instrumentos completamente desfasados uno de otro en una oda a la incompetencia. Y llegó el momento que me indigné. Silencio. Más silencio y de repente...
"¿Cómo es el ritmo?". "Ah, es fácil: negra,negra,semicorchea,corchea,negra". Esperé que el final de la frase fuera acompañada de una risa o algo similar, pero no. Silencio. Más silencio. Claro, ¿para qué romper el silencio cuando no tenés nada mejor que decir? Y de pronto, tímidamente se vuelve a iniciar el ruido. Euterpe (musa de la música) se debía estar dando azotes con su flauta procurando que el dolor le impida oír semejante negación musical.
"¡Esta es la barra de segunda!" graznaba la multitud interruptora de sueños. Una oleada de preguntas acudió a mi mente. ¿Porqué a esta hora? ¿Estos chicos tienen padres? ¿Estos padres, son idiotas?
Hipótesis 1: Pibe: "Mamá me voy al colegio a hacer ruido con los chicos".  Madre: "Ay ¿puedo ir con vos?
Hipótesis 2: Pibe: "Mamá me voy al colegio a hacer ruido con los chicos". Madre: "Zzzzzz..."
Hipótesis 3: Pibe: "Mamá me voy al colegio a hacer ruido con los chicos". Madre: "¿Pero no vas a molestar a los vecinos?" Pibe: "Si, yo que sé..." Madre: "Bueno andá".
Es todo una cadena de preocuparse sólo por lo que sucede en el metro cuadrado móvil en el que habito. Que mal acostumbrados que estamos. En fin, media hora después la horda salvaje decidió tomar otros rumbos que no habitaban mi campo auditivo y antes de entregarme al descanso total pensé que por un instante, sólo por un momento, había dejado de tener en cuenta lo que sucedía en mi metro cuadrado móvil. Por eso se salvó mi maceta.