sábado, 23 de julio de 2011

"..."

Si, son las 4 de la mañana. En toda esta semana que pasó no pude dormirme relativamente temprano. Hoy no va a ser la excepción. No porque no quiero, sino porque no puedo. Espero que nunca tengan problemas de insomnio. No voy a escribir, porque ni en un millón de palabras me podría expresar mejor que el Maestro. Si, Whitman, uno de los mejores poetas que hubo en este mundo. Releyendo uno de sus escritos me tocó profundamente. A veces uno necesita esa doble nelson bien aplicada para entender algunas cosas... Pero también hay que saber salir a tiempo... Como dice Whitman, "la vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia". ¡Simple! Hay que perder para ganar, sufrir para saber amar, no entender nada... para apreciar lo sencillo. Lo bueno de tocar fondo (y a veces seguir cavando) es saber que, en algún momento, todo tiene que mejorar. Si, tuve que usar el Vaso de Emergencia todos los días de la semana pasada... Por eso el título es "..." Estoy a la espera de un cambio de suerte, a la espera de que al punto final se le agreguen dos más... Los dejo con el Maestro. 



NO TE DETENGAS 

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, 
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. 
No te dejes vencer por el desaliento. 
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, 
que es casi un deber. 
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. 
No dejes de creer que las palabras y las poesías 
sí pueden cambiar el mundo. 
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. 
Somos seres llenos de pasión. 
La vida es desierto y oasis. 
Nos derriba, nos lastima, 
nos enseña, 
nos convierte en protagonistas 
de nuestra propia historia. 
Aunque el viento sople en contra, 
la poderosa obra continúa: 
Tu puedes aportar una estrofa. 
No dejes nunca de soñar, 
porque en sueños es libre el hombre. 
No caigas en el peor de los errores: 
el silencio. 
La mayoría vive en un silencio espantoso. 
No te resignes. 
Huye. 
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo", 
dice el poeta. 
Valora la belleza de las cosas simples. 
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, 
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. 
Eso transforma la vida en un infierno. 
Disfruta del pánico que te provoca 
tener la vida por delante. 
Vívela intensamente, 
sin mediocridad. 
Piensa que en ti está el futuro 
y encara la tarea con orgullo y sin miedo. 
Aprende de quienes puedan enseñarte. 
Las experiencias de quienes nos precedieron 
de nuestros "poetas muertos", 
te ayudan a caminar por la vida 
La sociedad de hoy somos nosotros: 
Los "poetas vivos". 
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...

lunes, 18 de julio de 2011

"Estupidez..."

Es normal que escriba de madrugada. Es normal que escriba escuchando música. También es normal que escriba invadido por diversas emociones. Pero es la primera vez que escribo con enojo, quizás con un poco de violencia interior. Y eso saca lo peor de mí. La ironía me dicta.
“Si no estas ocupado naciendo, estas ocupado muriendo” decía Bob Dylan. Vivimos apurados. Pero no nos equivoquemos. Es el ritmo de vida que elegimos. Ya me cansé de escuchar que la culpa de todo la tiene la sociedad. Por algún extraño motivo nos enajenamos de la misma, nos consideramos diferentes, cuando en realidad, pasamos a formar parte de ese montón… ¡que no se considera parte del montón! Si, en algunos aspectos la vida es una zorra irónica y voluble.
Volviendo. Vivimos a mil. Nos armamos la rutina (“venid a mi ¡oh Gehena!” si no la cumplimos) nos estructuramos el día con reuniones, estudio, trabajo y demás actividades personales. Y seguimos diciendo que no somos normales. Lo curioso es cuando te encontrás con gente que hace todo lo posible para demostrar que son “liberales”, que son “distintos”. En resumen, que no son personas aburridas… Y lo triste, es que lo son. Más estructuradas que nadie. Nos quieren hacer creer que son geniales vendedores de paredes Durlock y que tienen la respuesta a la famosa pregunta “¿cómo lograr perfiles montantes de largo mayor a 2,60 metros en placas Durlock?” Eeh… Aclaro que los vendedores y demás trabajadores del Durlock (esta es la parte que el que no tiene idea que es el Durlock lo asocia, por alguna extraña razón, con Harry Potter) también son parte de este Universo y pueden, indefectiblemente, llegar al Reino, alcanzar el Nirvana o ser uno de los 144.000 afortunados. Retomando. Estos individuos, los que yo llamo farsantes del Durlock, son seres que disfrutan creyéndose que son el chupete en la oreja. Van por la vida con la seguridad de que nunca se verán infectados por el “gérmen de la sociedad”. Paradójicamente, se hacen presente en todos los medios de comunicación con su máxima como estandarte: “Me venció el sistema”. A ver… El sistema te ganó desde que naciste… Muchachos… Siglo XXI… Si quieren ser anarquistas, a vivir debajo de un puente. Ustedes pensarán que los farsantes del Durlock son seres abominables. Yo pienso que no. Todo en este Universo tiene un cometido. Hasta Ricardo Fort. Y el propósito de estos seres es el darnos la posibilidad de apreciar lo estúpidos que somos. Entiéndase por estúpido, según el diccionario, falto de inteligencia. ¿Porqué? Porque quizás, sin querer, nos hacen pensar en nuestra propia rutina y en la actitud con la que afrontamos lo cotidiano.
Pensemos en la rutina que cumplimos día a día. En las cosas más esenciales. Estudio, trabajo y el tiempo que pasamos con algún ser querido. ¿Para qué estudiamos? Para poder trabajar de algo que realmente nos guste y nos llene. ¿Para que trabajamos? Depende, para subsistir, para tener más dinero. ¿Porqué pasamos tiempo con nuestros seres queridos? Porque nos hace bien. Todas las otras actividades son complementarias. Y si, ¡de alguna manera necesitamos ocupar el tiempo! El silencio es peligroso. Ahí te encontrás con lo peor de vos mismo. ¡Con eso que odias! ¿Mira si vas a estar en silencio? ¡El silencio es perder tiempo! Cuantas cosas que podría hacer en vez de dedicar… sólo 10 minutos a mi mismo y encontrarme con lo que en definitiva… YO SOY. Avisé lo de la ironía. El que avisa no traiciona. En fin… Nos preocupamos y nos estresamos por el estudio, por el trabajo y por nuestras relaciones. Nos preocupamos si nos va bien porque creemos (desconfiados de la vida) que en algún momento la buena racha tiene que terminar. Y a veces, en esos 10 minutos sacrílegos de silencio, viles entorpecedores de la póstuma rutina y la siempre fiel actividad, surge la duda… ¿Y Candela? Naa mentira… la verdadera duda… TODO esto… ¿tiene un sentido? ¿Qué es realmente lo importante? ¿Qué es lo que, en definitiva, me hace feliz? Quizás no siempre las cosas salgan como nosotros queremos, pero es innegable que se puede elegir que actitud tomar frente a la vida. Yo siempre llevo conmigo, a todos lados, un vaso. Podríamos decir que es un vaso de emergencia. Es simpático, negro y plateado, como todo vaso térmico. Lo llevo a todos lados medio lleno. Porque a veces se me da por mirar el Vaso de la Vida y en vez de contemplarlo medio lleno, lo aprecio medio vacío, entonces, ahí me apuro, saco el vaso de emergencia y relleno el Vaso de la Vida. Y todo vuelve a la normal anormalidad, aunque sea por un momento.
Cuando uso el vaso de emergencia me siento estúpido, es decir, falto de inteligencia. Me pasa por no saber apreciar lo importante de la vida y detenerme en lo que realmente no tiene importancia. Me pasa por no saber contemplar la belleza de la vida, esa belleza que como dije antes, está en los demás. En el llanto, en la risa, en el abrazo, en el golpe, en la mirada, en la palabra. Me pasa por estar DISTRAÍDO. Y ahora que escribo esta palabra recuerdo a Facundo Cabral y su famoso escrito en el que dice “Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz, después podrás compartir la vida verdadera con los demás”. El que no quiera llamarle Dios, que no lo haga. Que le ponga el nombre que quiera. “Ente Superior”, “Regulador”, “Chuck Norris”, “Mufasa”, “Tocho”, lo que sea. Lo que no podemos dejar de negar es que la presencia del otro, el reconocerlo como ser, como persona, y trascender su identidad corpórea para encontrarme con su esencia, es lo que realmente nos hace plenos. Me gusta tomarme esos 10 minutos de silencio al día para comprobar que el mundo todavía no se fue al carajo. Que yo sigo vivo. Que los que me rodean todavía SON. Para darme cuenta que las 23 horas y 50 minutos que le quedan al día puedo ser un estúpido o no… Para decir “Wow… wow… WOW… Estoy distraído.” Distraído en el MSN, en internet, en el Facebook (que lo cerramos porque somos conscientes de que perdemos mucho tiempo con él pero que, repito, somos tan estúpidos, que por alguna razón aún mas estúpida que nosotros mismos, lo volvemos a abrir) en el gimnasio, en la calle, en la facultad, en el trabajo… en la vida misma… Como cuesta, porque parece simple pero no lo es… No es fácil dejar de ser estúpidos. Vuelvo a citar a Facundo Cabral… “Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente”. Dejemos de perder el tiempo y ocupémonos únicamente de lo que nos hace feliz. No estemos ocupados naciendo o muriendo, simplemente SEAMOS, así libremente. Sin ser indiferentes al otro. Ni siquiera hacia los farsantes del Durlock, ellos más que nadie necesitan una verdadera pared contra la cual chocarse y no básicamente… Un Durlock (vieron que al fin de cuentas tenía sentido la analogía) Seguro, en la vida nada es gratis. Pero si deseamos algo con verdadera pasión y ese deseo proviene de la Naturaleza del Universo, que no puede sino pensarse como benévola, todo el Universo mismo conspira para que se cumpla. No es fácil descubrir que es lo que se desea y que es lo que verdaderamente conduce a la felicidad. Pero en el silencio se encuentran muchas respuestas. No serán 10 minutos de fama… Sin embargo valen mucho más.

viernes, 1 de julio de 2011

Desvaríos de un futuro profesor...

Sin duda la historia educativa del país sufrió grandes transformaciones a lo largo del tiempo. A partir del siglo XIX, cuando se concientizó sobre lo importante que era la educación para el desarrollo y el progreso de un país se comenzó a actuar para levantar un sistema educativo que sea eficiente. Hubo muchos pensadores, influenciados por las ideas europeas que impulsaron la educación a través de propuestas que formaran al ciudadano en valores y en el trabajo. Es cierto que cada uno actuó en un contexto determinado bajo circunstancias que pedían respuestas a realidades diferentes.

La pregunta que surge es: ¿Por qué se tardo tanto en comprender que el Estado debe ser garante de la educación? Lo que llama la atención en la historia de la educación argentina es que el Estado tuvo que ser educador para constituirse como Estado Nacional, formando a los ciudadanos en sujetos de una nueva forma de vida social y política.  Es cierto que hay un Sistema Educativo, que esta constantemente sometido a cambios. Pareciera que en Argentina todo tiende a volver al punto de partida. Hoy en día, el Estado obedece a intereses políticos del momento y la sociedad. Aún así, considero que actualmente el Estado debe ser el rector de las políticas educativas a nivel nacional, debe canalizar una serie de saberes fundamentales y básicos a toda la población nacional. El Estado tiene el deber de trazar el camino a seguir y controlar que se siga. El margen social para ciertos saberes locales y regionales no puede ser llevado a cabo sin límites y pautas generales establecidas por el Estado y la sociedad.

Nunca vamos a disponer de un sistema educativo serio si antes, todos los sectores sociales y políticos no se ponen de acuerdo en un proyecto de país. Porque ante esto surge la duda si lo que falla es el proyecto educativo en si o su implementación. Al sancionarse la Ley Nº1420 de educación común, con su carácter obligatorio, estatal, laico y graduado, era cuestión de tiempo que dicho impulso dado a la educación pública universal entre pronto en contradicción con el sistema político restrictivo. Y esto fue determinante para que los nuevos sectores medios en expansión pusieran fin al régimen conservador a principio del siglo XX. Es precisa la consolidación de un proyecto educativo que congenie social y políticamente con las necesidades de la sociedad argentina.